A través de nuestra iniciativa Leading Women queremos dar voz a grandes ejecutivas en América Latina. Destacar los desafíos profesionales que ha atravesado, qué las ha inspirado y las mantiene motivadas y comprometidas en el trabajo y celebrar sus historias que son un impulso para las nuevas generaciones.

En este episodio Sor María Castaño, CIO de Postobon, nos comparte aquellos hitos que han marcado su historia y que le han permitido forjar su estilo de liderazgo desde la empatía y la escucha activa.

¿Cómo fue tu infancia, cómo influyó en lo que eres hoy como profesional?

Yo soy de una familia paisa bastante numerosa, somos 14 hijos, mi papá y mi mamá. Somos 16 miembros de familia. Una familia con escasos recursos, limitados, y por ser una familia tan grande hay que repartir muy bien esos recursos para que a cada uno le toque un poquito.

Digamos que, hay un reto. Soy la penúltima, la décimotercera ¿Qué hay de ahí para arriba? Muchos hermanos mayores y solo una hermana menor. Digamos que, probablemente a mi familia y a mis hermanos mayores les pudo haber tocado una situación una situación más compleja, más difícil. Ya por ser yo de las últimas, las cosas van mejorando cuando los hermanos mayores empiezan a trabajar.

Entonces, me remonto a mi infancia… fue una infancia muy feliz, de muchos amigos, de juegos en la calle, de pocos juguetes, de televisión en blanco y negro, de ponerse de acuerdo con todos para ver el mismo programa porque había solo 2 canales. De mucho juego, de compartir mucho, de estudios en escuela pública (tanto en la primaria como el bachillerato) y digamos que, pues hasta cierto estudio o hasta llegar al bachillerato los papás nos decían “bueno, no tengo más”.

Cuando uno sale ya y se pregunta “¿Yo que voy a hacer? ¿A qué me voy a enfrentar? No hay para la universidad, no hay para otros medios económicos...” pues a trabajar, empecé a trabajar muy joven a los 18 años, una vez terminé el bachillerato, en varios trabajos: en almacenes, como secretaria, como auxiliar y empecé a prepararme para ir adquiriendo conocimientos y poder ir desempeñando esos trabajos.

Estudié en el SENA, hice prácticas en SOFASA y sigo preparándome y viendo la necesidad de que no podía quedarme más. Y además, hay una cosa muy importante, yo tenía que trabajar y ayudar para la casa.

Llega un momento en el que quiero ir a la universidad, una universidad particular, y accedo a recursos de préstamos y empiezo mi carrera como Ingeniera de Sistemas. Trabajaba de día y estudiaba de noche todo el tiempo hasta que me gradué.

Normalmente estas carreras son de 5 años, yo me tomé 7, donde tenía un propósito y objetivo claro y empiezo a prepararme con ese propósito y a ir logrando todo lo que se ha venido logrando en ese recorrido de la vida de seguir estudiando y de aprovechar todos los retos y oportunidades… hasta este momento de mi carrera profesional.

Cuéntanos algo que recientemente aprendiste y que hace 6 meses no se te habría pasado por la mente.

La virtualidad. Yo digo que a pesar de que teníamos las herramientas, que hacíamos una qué hora reunión por alguno de los medios que nos proporcionan las plataformas… nunca me hubiera imaginado, que la virtualidad fuera a darse en un 100% y dentro de esa virtualidad, que pudiéramos compartir en la casa con otras personas que están en la misma situación. Que llegamos puntuales a las reuniones, que somos más productivos… tantas cosas que nos ha enseñado la virtualidad.

De hecho, yo como directora de TI, habilitar un número importante de empleados para utilizar estas herramientas. Yo creo que sí nos hubiéramos propuesto a trabajar remotamente, esta es la hora y seguiríamos dictando capacitaciones.

Digamos que ese cambio que tuvimos que dar, forzoso, fue muy interesante.

Siempre habíamos hablado de teletrabajo en empresas con iniciativas de implementarlo, pero el teletrabajo tiene sus características, pero es finalmente trabajo remoto.

¿Qué más se aprendió? Que es muy importante también el face to face, hace falta la comunicación mirando a los ojos de las personas, hace falta tomarse ese café con el compañero, hace falta ese equipo trabajando juntos… porque somos de TI, pero finalmente las pantallas cansan y cansan mucho.

Ahora que estamos retomando otra vez el retorno a las oficinas, yo me siento muy feliz, no quiere decir que no lo estaba en la casa… pero sigo pensando en que la casa es la casa y la oficina es la oficina. Hay una separación de los espacios.

¿Qué es lo que más te da energía a ti en el trabajo en el día a día?

Empezar con una buena rutina de gimnasio, me levanto a las 4.30 a.m. hago una rutina de gimnasio de 5 a 6 de la mañana, una ducha de agua fría y desde ahí estoy recargada con toda la energía.

¿Qué me motiva? Llegar a la compañía, llegar a una compañía que amo mucho, que llevo en mi corazón a Postobón. Me ha generado unas oportunidades inmensas, me ha retado mucho y eso me da mucha energía, saber que tengo estos retos que quiero cumplir con la compañía, que quiero habilitar para lograr esta meta y que tengo un equipo de trabajo fabuloso. Un equipo de trabajo competente, un equipo de trabajo orientado al logro y eso me llena mucho de energía. También me llena de energía, saber que aunque salgo, en mi casa llego a ver a mi esposo (mi esposo ya está retirado), llego a ver a mi mascota y que están bien. Cuando regreso me están esperando y están bien. Eso me llena mucho de energía.

¿Cómo describirías tu rol como mujer dentro de Postobón?

Yo diría que en mi rol dentro de Postobón es poder habilitar la compañía con herramientas tecnológicas que nos permitan lograr esos objetivos estratégicos. Gestiono y administro un equipo de 107 personas donde yo podría decir que el 70% son hombres. He logrado desarrollar una muy buena comunicación con ellos, con el equipo. El equipo responde muy bien a los retos, se enfrenta a temas difíciles de operaciones y de nuevos proyectos y creo que nos comunicamos bien, creo que nos entendemos y yo creo que Sor María, como mujer, de pronto dirán que soy estricta, muy enérgica o muy exigente, pero yo creo que para administrar un equipo tan grande y de tantos hombres hay que tener carácter y yo lo tengo.

Sor María para Postobón es la persona que está ayudando con su equipo de trabajo a lograr que la compañía logre sus objetivos soportados y habilitados en herramientas tecnológicas en la implementación digital que estamos haciendo. Todo eso se logra con un equipo de trabajo y con un comité ejecutivo que cree en el conocimiento y respeta ese conocimiento… y un presidente que es mi mayor líder, donde tengo todo el respaldo, donde cree en nosotros y confía en que vamos a lograr todo este montón de proyectos.

¿Cómo te involucras con los demás y cómo los empoderas?

Hay algo muy importante y es saber escuchar. Saber escuchar, entender las necesidades, no juzgar y digamos que esa posibilidad que uno se da como líder de entender, de comprender, le da a uno la posibilidad de identificar las capacidades del equipo, de empoderar y de darles herramientas para lograr los objetivos. Hay una mezcla de muchas cosas que se dan para poder entender las necesidades de la compañía y como se van resolviendo

¿Qué mujer te ha inspirado en tu carrera profesional? ¿Por qué?

Yo creo que hay mujeres muy tesas a través de toda la historia. Hoy día, cada vez hay más mujeres empoderadas en roles importantes. Pero yo diría que la mujer que marcó mi vida y mi liderazgo fue mi mamá.

Mi madre fue ama de casa, pero administró muy bien y gestionó muy bien la familia. Una mujer empoderada, con muchísimos principios, con valores, con ética, positiva, ayudando hasta donde llegaban sus posibilidades y hasta más (porque hasta daba la vida por sus hijos) yo hago una retrospectiva, mi madre falleció hace 20 años y era ese pilar y columna en la casa. Con tan poquito, hacía muchas cosas.

Yo le debo a ella la persona que soy hoy como mujer, como esposa, como hermana, como hija, como profesional, como compañera de trabajo…. Yo le debo todo eso a ella y es la mujer que siempre me inspiró y me sigue inspirando para cumplir mis objetivos.

¿Qué sacrificios personales crees tú que has realizado a lo largo de tu carrera?

Los sacrificios, creo que dependen desde el observador. Yo empiezo mi carrera relativamente tarde porque empezar a estudiar una carrera profesional a los 26, cuando yo tenía compañeros de 16 que acababan de salir de su bachillerato, pues la brecha era de 10 años. El esfuerzo que yo tenía que hacer era muchísimo mayor porque trabajaba todo el día y estudiaba de noche.

El esfuerzo era porque volver a retomar la academia, retomar clases y enfrentarse a un salón de clases después de 10 años da susto. “¿Será que yo no voy a ser capaz?” ¿Entonces ahí qué había? Había propósito, un objetivo claro y yo no me dejaba distraer.

¿Qué pasa en la universidad? Hay amigos, rumba, hay cosas propias de esa época. Yo no me podía distraer con nada de eso… yo no sé si a eso se le pueda llamar sacrificio, pero no lo sentía así. Siento de pronto más sacrificio porque esos fines de semana había que estudiar mucho para poder cumplir con las actividades de toda la semana, entonces sacrificarse a la familia, algún paseo, alguna reunión familiar…. Pero finalmente era tan claro el objetivo, eran tantas las ganas, que uno simplemente lo hacía y no lo sentía como un sacrificio.

Eso depende mucho de como se miren esos sacrificios y en realidad de vida que uno hubiera podido hacer, por hacer otras.

¿Cómo te desconectas del trabajo?

En realidad, en estos cargos y más donde lideramos un equipo y dónde lideramos un área, yo diría que tiene su parte estratégica, táctica y operativa. Esa operativa no da escape. Pero afortunadamente cuento con un equipo técnico, bueno, que son los que reciben esos problemas grandes de momento que se deben resolver. Y lo resuelven.

De pronto me mandan un chat diciendo qué pasó y que ya lo resolvieron… y bueno…yo los dejo trabajar porque finalmente ellos son los que saben. Pero ¿Cómo hago esa desconexión? Cuando llego a la casa trato de conversar otras cosas con mi esposo, nosotros tomamos una decisión de no tener hijos… como no tuvimos hijos y con Tomasa (nuestra mascota) salimos los fines de semana, normalmente a sitios de campo abierto (a fincas, a compartir con la familia), a cine… cosas que lo saquen a uno del trabajo, porque se necesita recargarse para volver con todo el entusiasmo y la energía a comenzar una semana nueva. Cuando hay que conectarse, responder una llamada, un correo… pues se hace, pero no es un tema de todo el tiempo, ni todos los fines de semana.

¿Cuál es el mejor consejo profesional que has recibido en tu vida?

Dar más de lo que se espera y salirte de la zona de confort. Salirte del perímetro en el que te mueves, salirte y poquito e ir más allá. Ese fue un consejo que me dio alguien hace muchísimo tiempo y que por naturaleza lo practicaba, yo pienso que siempre hay que dar más y siempre habrá alguien que te va a observar. Ahí es donde se presentan las oportunidades.

Obviamente estar preparado, estar preparado es seguir estudiando, seguir adquiriendo conocimientos, seguir aprendiendo y desprendiendo… dar lo mejor de uno como ser humano, como persona, como profesional y siempre habrá alguien que te está observando y que será ese ángel que te va a llevar a esa siguiente etapa y siguiente etapa de la vida.

¿Cómo manejas las dudas que surgen sobre ti misma?

He tenido la oportunidad de hacer varios entrenamientos de coaching y programación neurolingüística y de hecho, en este momento estoy haciendo un ciclo de training ejecutivo, con un amigo (Fabio Andrés Ospina) muy bueno. Y es hay que afilar la sierra. Yo creo que uno se prepara y se vuelve automático, se prepara, estudia, genera conciencia y todo eso se vuelve automático y pierde sensibilidad… entonces yo creo que con estos entrenamientos, le permiten a uno volverse a ese yo, a esa Sor María que hay en el interior… a esa generación de conciencia, para revisar ese propósito de vida, para volver a enfocarse… eso hay que hacerlo permanentemente para vivir una vida plena, para descartar creencias que tenemos y generar conocimiento de uno mismo para cambiar esas percepciones que uno mismo puede tener de sí mismo.

Por ejemplo, dicen que soy muy seria, mala clase o estricta… pero eso hace parte de Sor María (risas) eso hace parte de este ser que en realidad, uno tiene muchas fortalezas y también muchísimas más oportunidades de mejora. Esos entrenamientos son los que te ayudan a identificar para hacer esa mejora continua.

¿Cuál es una lección de liderazgo que es determinante y única para ser una líder femenina?

Datos y hechos. Para mí ha sido muy importante cuando vayamos a hablar de algo, cuando vayamos a sustentar algo… Datos, hechos y argumentos. Eso desarma a cualquiera: a un hombre o a otra mujer o a un jefe.

Entonces, es muy importante prepararse, tener la información adecuada, estar informado, conocer los riesgos, conocer los impactos y digamos que ese montón de cositas que hay alrededor de una idea, poderla sustentar.

Eso va a generar credibilidad, la credibilidad va a generar confianza, esa confianza va a generar liderazgo… ¿Cómo te ven los demás? Con conocimientos, argumentos, te ven haciendo las preguntas que son… Van a creer en ti independientemente si eres hombre o mujer… pero esa ha sido una regla que he aplicado y que ha sido muy valiosa porque me ha dado resultados.

¿Qué consejo le darías a una niña de desea ser como tú?

Me haces acordar de mis sobrinas, que chiquitas decían que querían ser como yo…

Yo creo que a las niñas hay que apoyarlas, hay que ayudarles a identificar qué es lo que quieren y les diría a ellas “creanse, lo que están pensando. Todo es posible” uno tiene que identificar ese propósito de vida y llevarlo a ese objetivo a donde quieres llegar. Yo no sé si tú conoces un poema que se llama Itaca, te lo recomiendo, que es de Kavafis. Ese poema en resumidas cuentas dice, lo importante no es llegar a Itaca, lo importante es el recorrido que haces, el aprendizaje, con quién te encuentras… qué amigos haces, qué lugares conoces, qué comes, con quién hablas, qué estudias… finalmente yo tengo un objetivo, no puedo perder ese foco, pero lo importante es el recorrido que yo hago para llegar allá.

Ese recorrido es el que te hace líder. El líder no es decir “yo voy a ser líder” es qué quieres hacer de tu vida, qué te hace feliz y para llegar allá qué recorrido estás haciendo… es todo lo que finalmente te ayuda a cumplir ese objetivo y qué, cómo mujeres, en esta sociedad nos toca lucharla más, nos toca demostrar más, pero nada. Somos capaces de hacerlo.

Definitivamente las limitaciones están en la cabeza, si uno se las pone. Y los objetivos se logran si están en la mente.

Ese sería mi consejo para estas niñas, mujeres.

Más historias de Leading Women