El talento no tiene edad, el liderazgo tampoco

Baby boomers, generación X, millennials y centennials, probablemente ya hayas oído hablar de estas nomenclaturas. Caso contrario, déjanos contarte que ellas refieren a distintas generaciones que agrupan personas en base al año en el que hayan nacido. Más allá de que no hay un acuerdo total sobre cuándo termina una generación y comienza la siguiente, el objeto de esta clasificación radica en ciertas características propias de cada uno de estos grupos.

Los Baby boomers (nacidos entre1946-1964) son conocidos por la cultura del esfuerzo y su lealtad; la Generación X (nacidos entre 1965-1980) se caracterizan por la ambición y el énfasis en el trabajo en equipo; los Millennials (nacidos durante 1981-1996) son la primera generación realmente global, que creció junto a la expansión de internet, por lo que se los conoce como nativos digitales; por último, los Centennials (nacidos entre 1997-2010) también tienen profundos conocimientos del mundo digital y se reconoce su flexibilidad y una gran habilidad para el multitasking.

“La diversidad generacional en el ámbito empresarial supone un equilibrio. Se combinan, por un lado, una generación más joven, altamente especializada, dinámica, con gran capacidad de aprendizaje y facilidad para el uso de nuevas tecnologías; y, por otro lado, una generación más senior, que se describe como más leal, con lecciones aprendidas a lo largo de años de experiencia laboral y resistentes ante circunstancias adversas. Esta yuxtaposición de mentalidades, habilidades y actitudes promueven el éxito dentro de una organización, ya que se aprenden y mejoran los métodos de trabajo, las personas comienzan a creer más en su potencial y a interconectar el conocimiento de cada generación, incrementando la creatividad e innovación con enfoque en el negocio. Sin duda, ahora más que nunca necesitamos de un mundo en donde el talento sea libre, entusiasta y apasionado. Se requiere ser uno mismo en la vida y creer en el propio potencial para llegar lejos, lo cual, no entiende de edades”. Isabel Bulos, Manager Page Executive México.

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¿Qué edad debería tener un ejecutivo?

Cuando uno piensa en un ejecutivo, probablemente se imagine una persona con al menos 50 años de edad, pero ¿esto debería ser necesariamente así?

En todo grupo la diversidad suma y contar con personas de diferentes generaciones en la C-Suite puede aportar mayor variedad de puntos de vista, lo cual a su vez supone la existencia de soluciones impensadas a problemas de larga data. Con esto no queremos decir que todos los ejecutivos deberían ser más jóvenes, sino que es conveniente contar con líderes de distintas edades, sobre todo en sectores más audaces, como lo son la tecnología y la salud.

El compromiso y el conocimiento del negocio de un baby boomer puede complementarse perfectamente con la comprensión de la digitalización que puede aportar un millennial. Mientras que un profesional con más años de experiencia puede no conocer a fondo cuestiones de sostenibilidad o diversidad e inclusión, una persona más joven puede no contar con los contactos que tiene alguien con más trayectoria. Lo que sí puede –y debería– pasar es que haya una sinergia en la que todos aprendan de los demás.

“El hecho de que personas jóvenes sean promovidas a puestos directivos se ha convertido en una contribución fundamental en la creación de perfiles triunfadores de gran potencial. Estas nuevas generaciones son más afectas al cambio y son una fuente inagotable de ideas innovadoras. La alta dirección se está adaptando a una serie de demandas de la sociedad, que son el hacerse más conscientes de la necesidad de impulsar la sostenibilidad empresarial y el cuidado del planeta, así como también mejorar la calidad de vida de los colaboradores. A los jóvenes profesionales se les exige que, no únicamente conozcan la realidad de sus organizaciones, sino que sean capaces de liderar de manera transversal, consigan resultados en colaboración con diferentes equipos y sean agentes de la transformación digital. Por lo tanto, es necesario que sean capaces de tomar decisiones rápidas y fundamentadas, sepan persuadir y alinear a los distintos equipos hacia metas más ambiciosas y, sobre todo, se centren en brindar una excelente experiencia al cliente”. Isabel Bulos, Manager Page Executive México.

En síntesis, no hay edad para ser ejecutivo. La clave es encontrar un equilibrio.

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